Todo comenzó el día que con 30 años me sentí vieja. He sido una de esas chicas que han querido comerse la vida, crecí queriendo ser mayor y mi innata tenacidad me llevó a cumplir mi primer objetivo vital: ¡el crear una familia! Con la mente de una niña que todo utopiza, resultó que luego, la vida de mayor no era tan sencilla como parecía. Y así fue como un día… con una mochila a cuestas llena de experiencias de las cuales muchas fueron duras, entré por quinta o sexta vez por la puerta de un gimnasio. Y digo que es así, porque otras muchas veces a lo largo de mi vida, lo he hecho, por etapas y diferentes disciplinas, aunque esta vez sería distinto para siempre y yo no lo sabía.
Mi primer objetivo era quitarme la barriga flácida después de dos embarazos casi seguidos. A ninguna chica de 30 años le gusta no verse bien al espejo. Siempre mi físico fue algo que me importó, nunca fui nada espectacular, una niña bajita y mona con sus etapas más flacas y más gorditas y con un cuerpo bastante agradecido el cual mantenía a base de regímenes que yo me autoimponía. Comiendo muy poco entre semana y comiendo mucho y mal los findes, conseguía mantener un cuerpo delgado y coqueto.
Reconozco que durante esa etapa estaba falta de motivaciones, el ser mayor ya no era un juego, era una realidad que se escondía detrás de biberones, teta, pañales y falta de descanso. Muchas mujeres tienden a deprimirse en esas etapas y lo solucionan a base de antidepresivos. Yo no iba a ser una de ellas, mi trabajo y experiencia sabía que eso no era la solución, que no había que tomar una pastilla para soportar mi vida, si no que había que cambiarla. Esa horita fuera de casa me mantenía con la ilusión de tener una hora solo para mí en la vorágine de mi vida, trabajo, casa, marido, niñas… Día tras día…. empecé con clases colectivas de ciclo in door, y al poco ya empecé a sentirme mejor conmigo misma…
Entonces fue cuando hablando con el monitor, Cristian Cordero, le comenté que me quería poner más dura, que me veía muy flácida y no me gustaba y entonces fue cuando me animó a entrenar con pesos. Por entonces yo tenía la creencia de que si entrenaba musculación me pondría como un hombre… Que ingenua de mí… Ahora sólo se lo que realmente cuesta ganar tan solo 100 gr de masa muscular…
Entendí que la dureza no podía ser más que más músculo y menos grasa y así comencé una rutina de pesas mezclada con funcional y poco a poco fui abandonando las clases de ciclo… Durante unos meses combinaba todo en función a lo que me apetecía. Dos veces por semana ciclo, tres rutina y ya empecé en varias ocasiones a hacer rutina y ciclo y esa horita para mi se convirtió en hora y media…. Ya estaba muy picada, sobre todo porque emocionalmente me sentía muy bien.
A los siete meses más o menos ya mi prioridad era la sala de musculación y me hablaron de la importancia de la alimentación si realmente quería obtener resultados objetivos. Es así como contacté con José Kenji, que se estaba formando muy bien en todo lo que respecta a la alimentación deportiva. Así empecé mi primer volumen que duró seis meses y que hice a rajatabla, poniendo todo mi empeño en ganar más masa.
Fue entonces cuando mi cuerpo empezó a cambiar y yo empecé a enamorarme del espejo…. Llegado abril empecé a definir y conseguí verme con un cuerpo que me satisfacía. Estaba dura y con muchísima mejor forma que nunca, además de sentirme sana, fuerte y llena de energía.
En mi casa se seguía comiendo igual , mi dieta nunca afectó al resto de mi familia. Mi comida va siempre separada de la de ellos y cada vez me fui trabajando más la conciencia de lo que quería que fuera alimento para mi y lo que no. Yo catalogo la comida entre alimentos y caprichos. Los alimentos son saludables y es lo que comes día a día para cumplir tus objetivos, los caprichos son aquellos alimentos que comes solo para sentir placer. Dividir de esta manera te hará darte cuenta de lo caprichosa que eres y te ayudará a educarte a solo recibir caprichos cuando realmente lo consideres oportuno. Esto me ayudó a entender que no era bueno hacer a mis hijas caprichosas, con lo que la despensa de caprichos empezó a usarse cada vez con más cabeza. Ahora cuando toca comerse un capricho, lo disfrutamos en familia ¡mil veces más!
El verano pasado, en una clínica estética, conocí a una chica que por primera vez me habló del bikini Fitness, yo hasta entonces no tenía ni idea de que eso existía. Yo entrenaba y hacía dieta para mi misma porque me satisfacía esa manera de vivir. Esta chica me habló de Carlos Moral Barbarían que era su preparador de competición y me explicó que era una categoría donde se buscaban cuerpos femeninos, atléticos y en buena forma… En ese momento algo resonó dentro de mi…
Aunque realmente me veía muy lejos de eso y no sabía si quiera si yo podría llegar a algo así que pintaba tan motivador. Esa misma tarde contacté con Carlos y me dijo, que él era una persona muy sincera y que había que tener una línea con posibilidades para prepararse para competir. En ese momento, yo pensé que no valía, y me dio muchísimo miedo mandarle las fotos para que me dijera si yo tenía posibilidades. Sin embargo, vencí mi miedo, la ilusión me pudo y mandé las fotos con las que al poco tiempo recibí respuesta de que sí me podía preparar.
En ese momento un subidón se apoderó de mi y empezamos la nueva rutina y la nueva dieta y he de decir que a partir de ahí empecé a mejorar y mejorar. Siempre fui muy estricta, pero ahora además tenía un sueño que cumplir.
Mi vida es realmente ocupada, soy mamá, esposa y además autónoma, esto me ayuda porque puedo organizarme mis horarios, pero he tenido que sacrificar algunas cosas, como el descanso al medio día, televisión, tapas y cañas con amigos … Por suerte nunca he sido de beber mucho, con lo que esto no me ha supuesto mucho problema. Ha sido un poco más difícil que mi marido se habitue a mi nueva vida y asumir que siempre voy con tuppers y que a lo mejor estamos agusto en un sitio y yo me tengo que ir a comer porque me toca… Sin embargo, también nos ha hecho más independientes y nos ha ayudado a respetar nuestras parcelas mucho más y es que ahora yo tenía un sueño por cumplir y no siempre encuentras el apoyo de tu entorno. Necesité aprender a hacerme fuerte ante el juicio ajeno y a tener claro que mi vida solo la voy a vivir yo, y solo yo decido sobre ella… ¡Otro gran aprendizaje vital que me aportó mas felicidad por cierto!
A los 9 meses de estar con Carlos salí por primera vez a competir, ha sido uno de los días más felices de mi vida, comparable a mi boda y al nacimiento de mis hijas… Mucho esfuerzo, disciplina, sacrificio… Mezclado con ganas, ilusión, fuerza y motivación… hace que ese momento sea una experiencia alucinante… ¡¡¡ Y quedé segunda !!! ¡Realmente estaba muy feliz ! Era mucho más de lo que pensé jamás conseguir.
A partir de ahí, hice una temporada bastante decente para ser mi primera vez, competía con chicas de veintipico años y yo con diez años más y dos hijas hacia buenos puestos… me llevé trofeos y experiencias y ya solo pienso en mejorar y mejorar… En vivir las etapas fuera de temporada con disciplina pero sin tampoco obsesionarse y entender que el mundo de la competición es duro pero que te aporta muchísimas satisfacciones. No se cuantos años estaré compitiendo pero ahora solo siento que quiero vivir esta etapa… Y que quiero seguir mejorando y superándome a mi misma… Porque tengo mucho que mejorar y mucho por trabajar y superarme.
He de decir, que a pesar de toda la disciplina y esfuerzo que conlleva el mundo de la competición, jamás he dejado de lado ni a mi familia ni a mi trabajo. No se necesita quitarle tantísimo tiempo… Es más una cosa de constancia y de no perder mucho el tiempo en cosas del día a día que no te aportan nada productivo.
¿Has pensado la cantidad de tiempo muerto que perdemos en cada acto de nuestra vida? Horas en whatsapp, facebook, entrando en tiendas y mirando escaparates… ¿Para qué? ¿Qué te va a dar eso? Mi casa no está ya como los chorros del oro, por supuesto, ni duermo siesta, ni hago el amor con mi marido todos los días porque tengo una excusa real y no la que nadie cree del dolor de cabeza, ahora llego a la noche cansada y solo leo libros en vacaciones… Pero a cambio tengo una vida que me apasiona y que me aporta una sensación de bienestar conmigo misma mucho mayor de la que antes vivía… porque sentía que estaba jugando a las casitas y viviendo una vida utópica que no era para mi. Ahora no pienso cuando volveré a competir, solo pienso en seguir mi filosofía de vida Fitness y mejorar mis fallos…. Y sueño con volver ahí arriba y poder mostrar al publico mi nueva y mejorada versión.
Solo os digo que no es necesario llevar el Fitness a la competición para ser una chica Fitness, que una buena alimentación, ejercicio diario y hábitos saludables son más que de sobra para conseguir un alto nivel de satisfacción personal y que es complétamente compatible con una vida del día a día, siendo mamá trabajadora… Andarás más cansada, mucho más cansada hasta que te acostumbres y luego te habituarás y descansarás más los findes… Y es que la pereza es el principal enemigo de la satisfacción personal… Establecer pequeños objetivos a corto plazo puede llevar a convertirte en una ¡mujer de preciosos sueños alcanzados!
Ahora tengo intención de transmitir mi experiencia a los demás, por eso he escrito un libro que he llamado “Fitness emocional” , es un libro de autoayuda donde quiero ayudar a la gente a dar ese paso que tanto nos cuesta a todos. Podéis comprarlo aquí. Espero que os sirva de ayuda.
Un gran ejemplo Nessita, tomar las riendas de tu vida y decir “esto es lo que quiero hacer” no es nada fácil y tu has luchado por ello y lo has logrado, ya no habrá quien te pare. Eres toda una guerrera, ¡¡enhorabuena!!