Mi nombre es Ebenezer y tengo 26 años, mi pasado comienza con una niña que siempre le gustó el deporte, me apunté a todo lo que se podía apuntar, cualquier deporte. Hasta que llegó la adolescencia, en la que pasé al otro extremo, sedentario, del instituto a casa, hacer deberes y no salir apenas.
Esto me llevó a ser una adolescente rellenita que siempre tenía complejo por ello, y aún así nada hacía para cambiarlo. Pasaron unos años, de donde salí ya de aquella etapa y pasaba a estudios superiores en los que tenía que viajar en tren todos los días de clase a casa, de casa a clase.
Seguía en el mismo estado, rellenita, sin pensar mucho en la alimentación, viéndome en el espejo e intentando pensar en cambiar, pero al final sin hacerlo, intentos fallidos de dieta… y sin dedicarle tiempo a ese cuidado físico y personal. Sólo pensaba en que no tenía tiempo, en que tenía que estudiar.
Poco después conseguí trabajo, y todo se juntó, trabajo y estudios. El boom del estrés que sufría era horrible, el único ejercicio que consideraba que hacía era cuando salía corriendo del trabajo para llegar a tiempo a clase en 15 min, mientras cuesta arriba me comía un bocadillo para poder almorzar algo.
Unos meses que mi cuerpo no aguantaría mucho, 7 horas por la mañana y 7 horas por la tarde, sentada. Mi cuerpo empezaba a pasarme factura.
Hasta que un día por circunstancias que pone la vida, hace 4 años, por urgencia y de un día para otro me tuve que independizar por mi zona de trabajo y estudio. Un cambio nuevo en mi vida. ESTO me llevó a decidir EMPEZAR a comer sano, simplemente comer mejor, no comprar fritos, ni bollería, dulces etc. No me planteé hacer ejercicio, porque en mi cabeza no entraba la opción de un hueco de tiempo entre trabajo y estudio, no tenía ninguna autodisciplina en aquel momento.
Pero poco a poco fui disciplinándome en el simple hecho de comer mejor, ya que estaba sola en mi piso, podía elegir no tener “tentaciones” en mi despensa, si no compraba patatas o dulces, no me los podía comer, cosa que sí pasaba cuando vivía en una casa con 5 personas, aunque no quieras comer eso, abres la despensa y lo tienes delante, es más difícil resistir no comerlo, ya que eran mi padres los que se encargaban de la compra.
Pues a partir de esa decisión, de que yo elegía que comer, acabé mis estudios y solo tenía el trabajo, por tanto mucho más tiempo para mi. Para entonces ya había perdido unos pocos kilos por cambiar mi alimentación. Y tomé el paso de apuntarme al gimnasio de mi barrio, esto fue hace ya casi 3 años.
Al principio por desconocimiento y vergüenza, solo iba a clases dirigidas, body combat, pump, spinning, etc , es decir, mucho cardio. Poco después me pusieron una tabla en el mismo gimnasio, para hacer algo de musculación.
En todo ese tiempo pasé de 63kg a 50kg. Perdí más o menos en 2 años, 13 kilos, mido 1,56, así está en mi peso ideal.
Hice del ejercicio y la buena alimentación un modo de vida. Tanto por salud como por estética, me sentí genial, me subió la autoestima, y estaba orgullosa de mi misma por haberlo hecho sola. Investigaba por mi cuenta, post, vídeos, libros, etc.
Mejoré mucho…hasta que un día me estanqué. Había llegado hasta donde podía llegar con mi poco conocimiento, aprendiendo por mi cuenta. Perdí peso y gané fuerza, pero aún así sabía que mi cuerpo podía llegar mucho más lejos, cosa que no conseguía hacer sola. Llegué incluso a desesperarme el ver que hacía un esfuerzo que no daba los resultados esperados. Si, estaba bien, delgada, en mi peso. Una nutricionista me dijo que me sobraba grasa corporal aunque estuviera en mi peso, pero aún así estaba sana y bien. Tenía la piel flácida, celulitis, la piel como áspera, etc
A pesar de opiniones externas, de que “estaba bien”, pensaba “si, es verdad, pero he llegado tan lejos y me ha hecho sentir tan bien, no por obsesión, sino por disciplina”, cosa que las personas confunden mucho, quería ver hasta donde podía llegar, aunque luego decidiera bajar el ritmo.
Decidí buscar a alguien que me ayudase, un amigo me recomendó a Ely Pérez, entrenadora personal. Vi su perfil y los resultados, me llamó la atención y decidí probar como último recurso, si no daba los resultados esperados, bajaría el nivel de este modo de vida.
Justo en el momento que decidí pedirle su ayuda, ella publicó el RETO DE 16 SEMANAS, y que buscaba 10 chicas comprometidas para ello. Entonces lo vi, tenía disciplina y compromiso, me faltaba el conocimiento que tenía ella, así que sin pensarlo solicité entrar en el reto. ¡¡¡Me aceptó y comencé con este reto!!!
Comencé con 54 kg En principio dieta y entrenamiento nivel “fácil” (para mi, ya que tenía costumbre). Hacía mis entrenamientos, mis comidas planeadas, salir a correr a las 6 de la mañana antes de ir a trabajar (esto último sí que me costó), etc. Fue subiendo de nivel en complejidad, hubo dos semanas en las que solo comía pescado y verduras, en todas las comidas, cosa que dio muchos resultados, pero era muy duro…¡durísimo!
Iba notando como la piel era más suave, más tersa, ¡¡la celulitis desaparecía!!, el culo se me levantaba y se ponía redondo. Era increíble, como cada semana que me hacía las fotos de seguimiento, veía mi cuerpo cambiar, me sentía con más energía, como la ropa me sentaba aún mejor, incluso me miraba más al espejo, ¡¡mi autoestima se disparó!!
Ely siempre estaba ahí cada vez que la necesitaba, con cualquier duda o problema que me surgiera. Al detalle, como cuando me daba ansiedad de azúcar, ella me daba sus trucos para afrontarlo, que suplementación tomar, etc
El resultado después de 16 semanas, es 48 kg, reducción de medidas, sobretodo de cintura, aumento de los glúteos, tonificación, apenas sin celulitis visible, empiezan a asomarse los abdominales… era justo lo que quería, llevar mi cuerpo y mi mente más allá.
Tanto yo como las demás chicas que han participado y que hemos completado el reto estamos orgullosas de nosotras mismas, porque sabemos que es algo que no es fácil de conseguir, es cambiar tu alimentación y modo de vida, aunque digan que es obsesivo, no es así, es actitud y disciplina, ponerte un reto y cumplirlo.
Viendo los resultados, he decidió seguir con Ely por mucho tiempo más, y llegar aún más allá, porque los límites los pones tú, y yo ahora mismo, no me pongo límites. DISCIPLINA Y ACTITUD. Gracias Ely.