Esta historia, más que basada en mis inicios con los hierros, podría definirse como la adaptación ante los cambios de la vida en la búsqueda de un logro soñado en la adolescencia. Esos cambios que tras pasar etapas de tu vida, vas cambiando también prioridades y abandonando proyectos.

 

Jorge 01

Comencé esta andadura hace mucho tiempo, vivía en una zona rural y jugaba al futbol, único deporte posible ahí y que me gustaba. Mi delgadez era casi extrema debido a los maratonianos entrenamientos y lo que cuento a continuación es una situación bastante normal entre gente de mi edad. De repente empezó a aparecer un tal Arnold en el cine y en mi vida, ” quiero estar parecido” me dije.

En aquella zona rural no había gimnasio y el más cercano estaba demasiado lejos en coche como para ir todos los días. Ni me lo planteé. Contaba por aquel entonces con unos 16 años y hasta los 18 me arreglé con 2 mancuernas y un banco casi de juguete con los que empecé a toquetear este mundillo. Los cambios deseados no aparecían y la motivación iba y venía.

 

 

Ya con 18 años y mis primeros sueldos pude comprar una estación multiejercicios, muy útil para empezar y con el tiempo me di cuenta que muy pobre para progresar. Pero ahí estaba yo haciendo un sin fin de series y repeticiones sin ninguna idea, pero haciendo.

Seguían pasando los años pero sin resultado alguno, muchas ganas e ilusión pero nada de conocimiento de lo que hacer. Con un libro bastante viejo que me compré aprendí algo sobre series, repeticiones y descripción de los ejercicios, algo ayudó, pero seguía igual, sin resultados.

Comencé años más tarde con un periplo de trabajos que me llevaron a estar y conocer otras ciudades de España y nuevamente quedó apartado mi sueño, pero solo eso, apartado, porque en mi maleta siempre había hueco para una mancuerna con dos discos y aunque fuese poco, algo hacía.

 

Jorge 04Conseguí experiencia para conseguir un trabajo en mi ciudad por fin, y ahí, nuevamente a volver a adaptarme con los hierros, pero esta vez en condiciones. Me apunté a un gimnasio y podría decirse que aquí comenzó mi verdadera historia con los hierros. La hora de comer era la única del día que podía ir y por fin notaba una pequeña mejoría.

Llegó otro cambio laboral y como no, en cuanto pude, otro gimnasio. En este por fin, y tras insistir mucho me pusieron una rutina, ¡¡yo con rutina!! . Pintaba bien pero…mi desconocimiento total, la falta de interés del monitor y a su vez dueño del gimnasio, me llevó a estar prácticamente 3 años con la misma rutina, sin variar. Yo creía que era así.

Ya empecé a oír algo de la importancia de la alimentación e incorporé arroz, pasta y mis primeros batidos de proteína a mi nula dieta y a cualquier hora. Más que un chico de gimnasio parecía el recordman de comedores de perritos calientes, y claro, sin buenos resultados iba 3 meses al gimnasio y vagueaba 2.

 

Otro cambio laboral y otro cambio de gimnasio, este último un gimnasio comercial, pero la rutina me la cambiaban cada mes y medio. Siete años trabajando de noche, a primera hora asistía al gimnasio y luego a dormir, difícil combinar y otra vez 4 meses yendo y 3 sin ir.

Me hacía mayor y la ilusión parecía que se me escapaba de las manos sin poder hacer nada o haciendo menos de lo que debería. Otra etapa venía, me casé, más tarde vendría el primer hijo y luego el segundo. Me senté y me hice una pregunta, ¿cual es tu prioridad? , clara respuesta. ¿Cómo entonces priorizar la familia y no restar tiempo con ella? Entrenar en casa, y mi mujer me dio permiso. Tenía muchos años de experiencia en gimnasios como para adaptar los ejercicios básicos, será fácil decía yo, aprovecho el medio día que les doy de comer y mientras yo a entrenar.

 

Jorge 02

Compré tubos de hierro y me fabriqué una barra de dominadas y un soporte para los discos. Colgué una polea de la barra de dominadas y obtuve una polea alta que me da mucho juego, un banco plegable por internet  y ya tenía lo básico y esencial para poder hacer algo y bastante decente, esto prometía.

Con mucha disciplina e ilusión conseguí hacer de ello un hábito. Era difícil que fallase un día en ponerme a ello pese a la incomodidad de sacar de la esquina banco, pesas, cambiar discos entre series, atender a los niños que no comen, guardar de nuevo todo….. Los descansos entre series son lo mejor, nunca son iguales. Uno puede ser lo que tardes en freír algo, cambio de pañal exprés, tiene ganas de ir al baño….no me quejo para nada, yo he elegido esto.

Terminado el verano de 2014 me puse a ordenar de nuevo esas tablas olvidadas de mi cerebro y recordé aquel sueño, no había conseguido realizarlo. Todo el tiempo seguido que llevé entrenando salió algún resultado, mínimo, pero me ayudó a replantearme un poco todo.

 

Entré en twitter por curiosidad, empecé a seguir alguna cuenta relacionada con el fitness y me introduje un poco en este mundillo. Leía opiniones, conversaciones, blogs, y me di cuenta cual era mi fallo, la alimentación. Comía por comer, muy mal, sin saber nada de macros, preentreno, ni nada de eso. Descubrí a la vez que la alimentación a @tenuncuerpo10 y su #GuerraDeSexos, me atreví a mandar una foto y…¡¡me puntuaron!! Yo alucinaba con la motivación que me dio aquello.

 

A día de hoy me siento orgulloso de tomar la decisión de entrenar en casa y pasar así más rato con los niños. Acudiendo a un gimnasio me restaría hora y media por lo menos de su compañía. En un futuro quien sabe si volveré a una sala de hierros a sudar. Este invierno por fin noto algún cambio considerable y me he fijado metas que antes eran imposibles de lograr. Una historia de adaptación persiguiendo un sueño que estoy empezando a conseguir pese a llevar muchos años detrás de él.

 

Jorge Antes-Despues

 

Sin el gran apoyo de mi mujer otro sueño que hubiese abandonado…..

 

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