Isa Ruiz Cobos: Lo único imposible es aquello que no intentas

Hola amigos de TC10. Mi nombre es Isabel María Ruíz Cobos y soy atleta bikini fitness.

Mi historia no comienza como la mayoría de las atletas que llevan vinculadas al mundo del deporte desde muy temprana edad o han sido de complexión atlética. Mis comienzos son totalmente diferentes.

He sido hasta los 25 años una persona totalmente sedentaria y he llevado una alimentación, cuanto menos, saludable. No he tenido sobrepeso pero si un exceso de grasa y líquidos considerable. Fui madre a los 20 años y con 24 ya tenía dos hijas. Fue entonces cuando me miré al espejo y me encontré con una joven con un cuerpo  bajo los efectos de dos embarazos y el sedentarismo. Cogí muchísimo peso  a consecuencia de ambos embarazos, incluso me tuve que someter a una operación debido a una hernia. Se me rompieron los tejidos abdominales por las grandes dimensiones de mi barriga.

No me gustaba lo que veía, no me sentía a gusto con mi cuerpo y no estaba dispuesta a pasar el resto de mi vida escondiendo mi cuerpo cada vez que iba a la playa o la piscina con mis hijas.

Fue entonces cuando empecé a hacer ejercicios de cardio, clases de zumba, etc… mi obsesión era perder los kilos de más. Dejé de comer, cosa que no es correcta. No tenía educación alimenticia y creía que eso era lo correcto para bajar de  peso. Perdí muchísimo peso y de nuevo no me sentía bien conmigo misma. No me sentía mujer, tenía un cuerpo recto, sin curvas.

Me apunté al gimnasio Coliseum en el cual entreno hoy día junto con mi marido y conocimos al gerente y propietario, Jesús López, competidor también de fisicoculturismo, el cual me animó a entrenar con pesas, algo para mí impensable en ese momento. Siempre le estaré agradecida por abrirme las puertas de este mundo y enseñarme a amar este deporte, por su constante apoyo hasta hoy día y su amistad.

Yo era de la mayoría de personas que creían que entrenar con pesas es cosa de hombres y que me iba a volver masculina. ¡Qué equivocada estaba entonces! Creía que me vería musculada como un hombre…. ¡con el trabajo que cuesta ganar sólo 100 gramos de músculo!

Fue en Agosto del 2015 cuando Jesús nos invitó a ir a ver una competición de fisicoculturismo en la cual participaba David Ortega, el que es hoy en día  mi preparador.

Era un mundo totalmente desconocido para mí…. Pero en el momento que vi subir a la tarima a las chicas bikini, me quedé fascinada. Me encantaron sus curvas, sus cuerpos atléticos, su manera de posar…. “Quiero ser una chica bikini”, pensé, quiero tener un cuerpo así. Hablé con David si él me veía con posibilidades, si creía que yo iba a ser capaz de llegar a subirme a una tarima. Su respuesta fue sincera, todo el mundo puede, pero va a ser un camino difícil, lleno de momentos de sufrimiento, de dolor y en el que hay que llevar por bandera la disciplina y la constancia. Me costó decidirme varias semanas, consultándolo con mi marido, con mi familia…. Quería estar segura de la decisión que iba a tomar, de empezar con la preparación, porque sabía que no sería un camino fácil pero tenía muchísimas ganas, mucha ilusión puesta en ello. Quería saber hasta donde sería capaz de llevar el límite de mi cuerpo y cuanto cambiaría con ello. Me decidí por fin y emprendimos el comienzo de este sueño en Octubre del pasado año.

Cambié al 200% mis hábitos alimenticios, mis horarios, mi rutina….cambió mi vida por completo. Siempre digo que este es el deporte mas complicado de practicar puesto que te influye las 24 horas del día los 365 días del año. Es un deporte el cual lo tienes en mente a todas horas, lo que debes comer, las horas que debes entrenar, las horas de descanso….

Miento si digo que no me costó al principio llevar todo esto, me costó y mucho. Mi marido y yo somos autónomos y tenemos un establecimiento de pizzas y comida rápida. Tenía que compaginar con los entrenos el trabajo, mis hijas, las tareas del hogar…. Había momentos que todo se me hacía grande y pensé varias veces en abandonar. Pero para evitar eso ahí estaba mi pilar fundamental en esta historia, mi marido. El ha aprendido a amar este  deporte tanto como yo y ha cambiado su estilo de vida por mí, se ha adaptado a mis necesidades y ha ejercido de mi psicólogo, mi consejero, el que me ha levantado cuando caía y el que me ha hecho el camino mucho mas fácil y llevadero para que haya llegado hasta aquí. Todo esto no hubiera sido posible sin él. El ha sido el que me ha repetido una y mil veces que nada es imposible, sólo aquello que no intentas, que si quieres, puedes y que los ganadores empiezan desde abajo.

Fueron meses de mucho trabajo y de entrenar muy duro para poder coger peso, todo aquel que había perdido pero esta vez peso limpio, para conseguir un cuerpo trabajado. Y si el trabajo en el gimnasio era tan duro, más aun lo era a  la hora de hacer la dieta. Yo partía de cero, no tenía ningún conocimiento de dieta saludable. Todo lo que he aprendido hoy día se lo debo a mi preparador, gran profesional en este ámbito que cuenta con un exitoso currículum en competiciones. Y tener conocimientos y constancia en la dieta es incluso más importante que el entreno físico. Los cuerpos de los fisicoculturistas y chicas fitness se “fabrican” en su mayor  medida en la cocina. De nada sirve que te esfuerces varias horas al día en entrenar si no lo acompañas de una dieta adecuada.

Pasaron los meses y empecé a ver resultados en mi cuerpo. Fue ahí cuando este deporte me “enganchó”. Me gustaba lo que veía en el espejo, estaba muy contenta con los resultados y quería cumplir mi ilusión de subirme a una tarima. Debuté en Mayo de este año. Mi primera competición fue inolvidable, me acompañaron toda mi familia y muchos amigos. Siempre les estaré agradecida por arroparme en ese día tan importante para mí.

Ese mes salí en dos competiciones, una provincial y la copa Andalucía. No clasifiqué pero me bajé ambas veces feliz, muy feliz. Había conseguido mi sueño de poder ser una chica bikini y compartí escenario con grandes atletas reconocidas, con campeonas de España y atletas que han competido en campeonatos internacionales con una muy buena clasificación.

Decidí hacer un descanso de varias semanas y centrarme en crecer, entrenar mas duro e intentar superarme. Desde que empecé en este deporte, algo que he aprendido es que si quieres subir a la cima, debes ir paso a paso y siempre intentando superarte a ti misma. No sirven las comparaciones, tu único rival debe ser lo que veas frente a ti en el espejo. Es eso lo que debes intentar superar y mejorar.

Aquí en mi tierra, en Andalucía se celebra durante el mes de Julio el circuito de verano. Me habían hablado muchas veces de él, que se celebraba en un entorno precioso,  por las costas, que era algo más íntimo y enfocado a personas que están empezando en este deporte. Y decidí apuntarme a todos los campeonatos que se celebraban con intención por lo menos de participar y sumar puntos ya que este circuito se gana por máxima puntuación acumulada durante el mes.

Ha sido un mes muy duro, en el que tienes que alargar la puesta a punto, en el que en muy poco espacio de tiempo tienes que hacer cargas, descargas, cortes de agua y sobre todo en esta época del año cuesta mucho. Días en los que todo el mundo está de vacaciones, en la playa, en barbacoas, yo tenía que ir con mis hijas, porque tengo que seguir llevando el ritmo de vida que ellas llevaban como niñas que son y tengo que ir con mis tupper y mis comidas preparadas.

Pero tras este mes complicado, después de contar con el apoyo incondicional de mi pareja, de mi familia, de mis amigos y de tantísima gente maravillosa que he conocido gracias a este deporte, conseguí acabar mi circuito y he sido proclamada por puntos campeona del circuito de verano de Andalucía 2016. Ha sido todo un logro para mí, un sueño hecho realidad. Tengo muchísimo camino por recorrer, acabo de empezar subiendo el primer peldaño pero si algo tengo claro es que quiero seguir hacia delante practicando este deporte que tanto amo. Deporte del cual he creado mi estilo de vida.

Actualmente estoy realizando un curso de coach nutricional y quiero seguir formándome en este mundo para así poder ayudar también a personas como yo, independientemente  de que quieran o no competir, que puedan cambiar su estilo de vida, cuidar su cuerpo y su salud. Nuestra sociedad de hoy día, por desgracia, no es consciente de la cantidad de problemas que puede acarrear una mala alimentación.

Y las madres como yo, intentar instaurar estos hábitos desde pequeños en sus hijos. Y a ellas decirles que nunca es tarde para empezar a cuidarse, para cambiar nuestras vidas, que si te lo propones, todo el mundo puede.

Muchas gracias a todos por leer mi historia y un saludo