Como sabemos, el entrenamiento funcional, permite entrenar con pilares de movimientos: locomoción, cambios de nivel de centro de masa, empujes, tracción y rotación, generando mas utilidad el trabajo de cada pilar en los tres planos de movimiento: sagital, frontal y transversal.Al comenzar un programa de entrenamiento funcional, nos encontramos con el confort de dominar movimientos generalmente el plano sagital, por lo que resulta mas complejo ejecutar movimientos en el plano frontal y transversal.
El cerebro se encarga de integrar los movimientos en todos los planos con las vías sensitivas y motoras, permitiendo regular la precisión de los mismos, ademas del equilibrio, la postura y el aprendizaje motor.
El comando del cerebro es el sistema nervioso central (SNC), base de operaciones de nuestro cuerpo que envía señales constantemente para saber el estado integral de nuestra unidad.Este órgano, es el encargado de la “dirección general” con un lenguaje que utiliza el cuerpo para comunicarse con el SNC, la propiocepción. El SNC puede tomar desiciones acerca de un movimiento con la propiocepción.
El cuerpo le proporciona al SNC toda la información relativa al movimiento y su posición.Los propioceptores son responsables de la recopilación de información acerca de los cambios de posición y de la velocidad angular de una articulación.
Durante el movimiento del ser humano se producen infinidad de cambios de dirección y de posición que solicitarán los mecanismos propioceptores de la persona. Estos propioceptores se encuentran en las articulaciones y alrededor de las mismas.
Existen tres encargados del envío de información al cerebro: las terminaciones nerviosas libres, los receptores de Golgi y los corpúsculos de Pacini. Todos ellos trabajan con el objetivo de ayudar al cuerpo a reconocer la orientación y el movimiento de sus diferentes segmentos.
Cuanto mas grande es la capacidad de utilizar información propioceptiva, mayor será la capacidad de controlar un entorno nuevo, quiere decir que podemos adaptarnos mucho mejor al medio, por lo tanto, cuanto mayor sea el control de nuevos y diferentes entornos disminuirán las probabilidades de lesión en los movimientos.
La estabilidad y el equilibrio son una parte natural de nuestro cuerpo. Estos ejercicios realizados en los tres planos de movimiento, generan el control adecuado de las mecánicas posturales y los reflejos. Para el dominio de estas habilidades, es necesario un control de las fuerzas desde el interior hacia el exterior con procesos naturales que utiliza el cuerpo para estabilizarse y protegerse.
Este dominio de habilidades produce cambios estructurales, con gran capacidad de coordinación, equilibrio y producción de movimientos eficientes; a este proceso de cambio natural se lo llama “integridad estructural”.
Otro de los cambios estructurales es la “producción de fuerza”. La tasa de producción de fuerza es uno de los factores importantes que se ven afectados por la coordinación, y mas importante aún, la cantidad de fuerza generada. Esta tasa es un elemento clave de la energía y depende, de gran medida, en la eficiencia del movimiento.
La integridad estructural brinda como resultados muchos beneficios como una mejor alineación postural, aumento de equilibrio y capacidad de absorber energía, un mejor control de su cuerpo, una eficiencia de movimiento que reduce la posibilidad de lesiones, tanto en los movimientos de la vida cotidiana como en los gestos deportivos.
Para mejorar la integridad estructural utilizamos el concepto de dominio de cargas internas antes de agregar cargas externas, o sea, dominar el movimiento del cuerpo antes de adicionar alguna carga extra.
Existe una ciencia que estudia las fuerzas internas y externas que actúan sobre el cuerpo humano y los efectos que producen es la biomecánica, en otras palabras, la biomecánica es la mecánica (rama de la física que estudia el movimiento y el efecto de las fuerzas en los cuerpos) aplicada al estudio del movimiento humano.
“La coordinación intermuscular de diferentes contracciones organizadas por el sistema nervioso conseguirá movimientos generales como un salto, lanzamiento o patada”
Los movimientos que ejecutamos con nuestro cuerpo requieren de una coordinación entre nuestros deseos de realizar movimientos voluntarios y la actuación del sistema nervioso junto a cada uno de los músculos que intervienen en el movimiento solicitado. Para organizar estas contracciones voluntarias y sobre todo las involuntarias, el sistema nervioso es el encargado de recibir toda la información, coordinar y dirigir el movimiento a través de las respuestas neuromusculares.
El cerebro está compuesto por tres unidades funcionales básicas cuya participación es necesaria en cualquier tipo de actividad mental: en el movimiento voluntario, en la elaboración práctica y psicomotora y en la producción del lenguaje oral y escrito.
La primera unidad regula las funciones psicológicas vitales de la integración real, sensorial y fisonómica, así como de la atención y de la vigilancia.
La segunda unidad funcional se ocupa de obtener, captar, procesar y almacenar información del mundo exterior. Se denomina de proyección-asociación, procesa la información integrada y prepara los programas de acción.
La tercera unidad funcional actúa en la planificación, programación y verificación de la actividad.
Las tres unidades en interacción son las que constituyen el trabajo global que procesa la movilidad y la organiza anticipadamente antes de que se constituya en un acto final, dando al movimiento voluntario una estructura operacional que incluye múltiples zonas de participación que requieren de propiedades tales como la totalidad, interdependencia, jerarquía, auto regulación y control, interacción con el mundo exterior, equilibrio y adaptabilidad.
Bibliografía:
Edward T. Howley – Scott K. Powers, “Fisiologia del Ejercicio”, Editorial Paidotribo, S.L. (2014).
Lephart, “Introduccion al sistema sensoriomotor”, 1998
Fonseca, V. da (1998), “Manual de observación psicomotriz: significación psiconeurológica de los factores psicomotores”, Barcelona: INDE Publicaciones.
Luria 1980 Ed Masson “El papel del Lenguaje en la conducta” Bs. As. Argentina 1980.
Profesor: Adrian Schiavello
Twitter: @adriaschiavello
Educación Física
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