¿Cómo vamos a llevar éste año la preparación para vernos bien de aquí a unos pocos meses? Algunos es cierto que se sienten abrumados ante todo esto, mientras otros están disfrutando solo de pensarlo, y esa es la diferencia entre hacerlo bien y hacerlo mal. Por favor, no hagamos tonterías, que no sirve de nada, y siempre hay una forma de hacerlo bien, con resultados reales, y ¿no es eso acaso lo que queremos?
Quiero hablar de esto desde mi experiencia personal, y los muchos años que llevo entrenando. Hasta hace no mucho, cuando llegaba esa época de la que hablo, para mi tocaba pasarlo mal, aún peor que el resto del año. Iba tan corta siempre de calorías por miedo a engordar, que en mis propios entrenos diarios había veces que no sé ni cómo podía acabarlos.
Hacía entrenos de dos horas o más, y luego el cardio por supuesto, al menos 40 minutos sufriendo literalmente. Todo esto de lunes a viernes, sin descanso. Incluso de lunes a domingo si me apuras….
Tampoco había cambios notables en mi cuerpo y eso me generaba una frustración increíble que me llevaba a ir cambiando de dieta, de entreno….. cada poco tiempo. Ahora quito carbohidratos totalmente, ahora quito grasas totalmente. De repente te ves que sólo estas comiendo pollo o atún y poco más, y tu cuerpo sigue sin cambiar. Eso si, me sentía terriblemente mal, cansada, de mal humor, con ansiedad, dolores de cabeza, retención de líquidos sin motivo aparente. No voy a decir que estuviera mal físicamente, estaba delgada y punto, pero ni mucho menos estaba como a mi me gustaría.
¿Cual es el gran problema de hacerlo de ésta forma? Muy sencillo. Si tu estás todo el año “sobreviviendo” con las calorías bajísimas, haciendo entrenos interminables, con cardio crónico desde a diario, ¿de dónde piensas tirar cuando necesites apretar?
En este momento que queremos dar un apretón, y comenzar a mejorar un poco más, no tendremos ningún margen de maniobra. Nada a que recurrir, porque ya hemos gastado todos nuestros recursos (dieta, cardio…) y por más que hagamos no vamos a mejorar. Pero nuestra cabezonería puede con nosotros, y bajamos aún más las calorías, pensando que eso nos ayudará, y haremos de paso un poco más de ejercicio, a ver si salen esos músculos que tanto queremos tener pero que “misteriosamente” no aparecen nunca. Estamos muy cansados, pero es normal, ¿no? Pues no señores, no es normal. Lo normal es estar de buen humor y sentirse bien, tener energía todo el día, poder trabajar después de un entreno (o antes) y hacer cosas en el día sin arrastrarnos por la vida. Y ese tipo de comportamientos que tanto se ve en los gimnasios, llevan siempre a resultados desastrosos.
Y tampoco es normal la privación extrema en la alimentación, el eliminar macros por pensar que son malos (si, también necesitamos carbohidratos, y sobre todo si pensamos entrenar), o bajar tanto el consumo de otros por falsas creencias (las grasas son importantísimas, y en nosotras especialmente).
Trato de decir, que por favor hagamos las cosas bien desde un principio. Si no sabemos cómo, ayudémonos de quien sabe, porque hay gente preparadísima, con unos conocimientos enormes, que nos pueden ayudar a retomar todo esto.
Yo personalmente, fue lo que hice. Un amigo que se dedica a esto me abrió los ojos, y me hizo replantearme todo, y también me hizo darme cuenta de que yo sola no sería capaz, porque simplemente “no me atrevía a comer más”, por más veces que lo había intentado, y una vez que tu metabolismo está trastocado, esa es la única forma de arreglarlo, con la comida (sobre todo con los temidos hidratos de carbono) y por supuesto con el descanso. No tengo palabras para agradecerle que me hiciera ver que no podía seguir así.
Decidí contar con un entrenador, que me llevara la dieta y el entrenamiento conjunto, y también decidí que iba a hacerle caso en todo, por mucho que me costara, y por muchos prejuicios que tuviera (incluso a veces sigo teniendo, pero el me sabe llevar perfectamente cuando dudo). Y ahí fue cuando realmente vino el cambio. No sólo físico, sino también psíquico. Comencé a sentirme bien a medida que iba aumentando mis calorías, a medida que dejaba atrás aquellos entrenos de dos horas o tres….Iba encontrándome mejor, más despierta, más llena de energía, desaparecieron los dolores de cabeza y los cambios de humor constantes.
¿Todo esto le suena a alguien? Estoy segura de que a más de una persona. Y lo inteligente siempre es saber rectificar a tiempo. Si sabes que lo estás haciendo mal, ya has dado el primer paso para cambiar.
No podemos ir siempre al límite; esto no se trata de ir tirando, aguantando…no, se trata de un camino que hemos elegido y vamos a disfrutar, a vivirlo y a sacar lo mejor de nosotros mismos. Aprendamos a comer bien, a entrenar coherentemente, a descansar lo necesario, a tomar las cosas con calma y evitar estrés innecesario. Y los cambios vienen solos, os lo puedo asegurar.
¿Y tu? ¿Ya elegiste el camino correcto?