Dicen que quien intenta abarcar varios caminos, en ninguno llega a su fin. No estoy de acuerdo: me encanta no poder ser el mejor en algo, pero ser bueno en todo, porque siempre existirá la posibilidad de mejorar, y cuando practicas más de un deporte, el cuerpo se adapta de una manera brutal. No fui un niño gordo, pero siempre tuve esos kilos de más. No me sentía a gusto conmigo mismo y descubrí en estos años los deportes que me ayudaron a deshacerme del sobrepeso y a sumar en seguridad en mí mismo.
Practiqué Taekwondo, Karate, MMA… pero mi gran andada en los deportes de contacto fue el Kick-boxing y la Defensa Personal. Y la explicación es bien sencilla, no son sólo deportes, es una forma de vida, una actitud del día a día. La sensación que te regala apretarte los guantes y que suene tu canción preferida, que el saco de boxeo llore o lo gratificante que puede ser un buen combate de suelo no se puede describir. Con constancia y la ayuda de mi maestro llegué a ser cinturón negro e instructor de Defensa Personal y Kick-Boxing. Las Artes Marciales son SEGURIDAD.
La natación es mi pasión desde pequeño, a los 17 empecé a entrenar 3 días a la semana, 3000m diarios y eso esculpió mi cuerpo de manera considerable. Si no has nadado los 50 mariposa o has probado a sumergirte hasta que los pulmones aguanten, no sabrás lo que es evadirse de todo. La natación es DESCONEXIÓN.
Al poco tiempo me vicié al running, ¿quién no se ha calzado unas deportivas una mañana y se ha retado a hacer kilómetros hasta que el cuerpo aguante? Se empieza por 5 km tirando el hígado y se acaba haciendo circuitos de carreras urbanas, medias maratones y trails de montaña a ritmo de 4 min/km. El running es LIBERTAD.
¿Por qué no lanzarse al triatlón? Con 20 años hice mi debut en la playa de Pinedo y no fallo ningún año desde entonces. El triatlón es seguir, seguir, seguir cuando no puedes más, salir del agua fatigado y fatigarte todavía más en tu carrera hasta la bici. Y éste es sin duda el momento crítico dónde todo ha de estar en su sitio: casco, zapatillas, dorsal, gafas, equipación, fuera neopreno. Has salido tantas y tantas veces por montaña, pero ahora ruedas en llano y sientes que las piernas te estallan. Frenas, fuera casco y a correr, las piernas ya no funcionan, y corres con la mente. El triatlón es SUPERACIÓN.
El fitness, mi pasión. Algunos hemos tenido comienzos catastróficos, se aprende fallando. Recuerdo el primer día que decidí entrar a una sala de pesas, pasaba de entrenadores y de rutinas, cuantas más máquinas hiciera en una sesión mejor, sin reparar en las series ni el número de repeticiones. Esas eran mis sesiones interminables de 3 horas. No estaba haciendo las cosas bien, porque me costaba ver resultados y éste fue el preciso instante en que comprendí la importancia de una correcta alimentación adaptada a tus necesidades y exigencias como deportista. Me leí mil artículos sobre rutinas, fisiología, alimentación… y esto coincidió con mi momento de entrar en la carrera de Biología, donde pude aprender más al detalle. Aparté el alcohol y el tabaco de manera radical de mi vida, también recuerdo las mil dudas sobre suplementos que me solucionó con las twitcams @entrenadorprof y desde aquí le mando mil gracias. El fitness es CONSTANCIA.
En el camino muchos te dirán que estás loco, que no disfrutas de la vida. “Come de esto que no te va a pasar nada”, “siempre estás con el deporte”, “lo tuyo es obsesión”. Te acusarán de que esto lo has conseguido con química y el mínimo esfuerzo mientras ellos son incapaces de levantar el culo del sofá. ¿Pero sabes qué? Vas por el buen camino. Sólo unos pocos privilegiados conocemos la importancia de sentirnos bien, haciendo lo que nos gusta y ganando en salud y confianza en uno mismo.
Woow!
Me encantó todos los conceptos que de verdad encierra en si mismo cualquier deporte. Yo nk te llamaria obsesionado. Mas bien IMPARABLE